Bronce

Las esencias se aglutinan una tras otra, desde las fraguas hasta la Santa Victoria. Los vivas se cantan por martinetes, en la sequedad de las duquelas. El aceituno juncal se funde con lo aristocrático del terciopelo. La sangre del azotado camela los malos bajíos. Hoy se cumplen todos los tratos.
Del cielo eres el patriarca
y de todo un pueblo entero
que guías por el sendero
de aquello cuanto se abarca.
Tu color centeno marca
el romperse la camisa,
con achares y sin prisa
en ese trance inhumano.
Luces la mejor divisa:
la de Señor y gitano.