Cañada Rosal celebra su fiesta colonial de los huevos pintados
La localidad de Cañada Rosal celebra hoy su Fiesta Colonial de los Huevos Pintados, que debió celebrarse el Domingo de Resurrección pero fue aplazada siete días por la lluvia. Es una fiesta que entronca con la tradición centroeuropea de los huevos de pascua, recuperada y mantenida por la Asociación Cultural 27 de Agosto.
Con la colaboración del Ayuntamiento carrosaleño, esta asociación reparte en la Plaza de Santa Ana más de quinientos huevos y material de pintura a los niños y niñas, que los decoran cuidadosamente y los guardan en bolsas de croché.
Los Huevos Pintados entroncan con la tradición germana de Cañada Rosal, fundada por colonos centroeuropeos. Los vecinos y vecinas más pequeños reciben el Domingo de Resurrección un huevo duro con la cáscara teñida al hervirlo con un trozo de papel de seda de color, y que sirve como excusa para visitar a sus amistades e intercambiarlo por otro.
El huevo de pascua es un símbolo del renacer primaveral, muy común en todos los países de Europa central, de donde procedían los colonos que en 1769 fundaron Cañada Rosal, con el fin de llenar el vacío demográfico de la época en el valle del Guadalquivir.
