abril 26, 2024
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Siglo y medio de la rifa del cochino en la Feria de Fuentes de Andalucía

La Feria de Fuentes de Andalucía que se clausura hoy está íntimamente ligada a la tradición de la rifa de un cerdo vivo, una iniciativa de la Hermandad de la Humildad de la localidad que cumple 150 años en este 2019.

Según el investigador fontaniego Francis J. González Fernández, la Feria de Fuentes de Andalucía – originariamente denominada Fiesta de la Ermita – ha ido sufriendo cambios desde sus comienzos a mediados del siglo XVIII, pero mantiene dos características peculiares: el emplazamiento de su celebración, en el entorno de la ermita de San Francisco; y, desde 1869, la rifa del ‘cochino de la Humildad’, como popularmente se le conoce.

A mediados del siglo XVIII, la Hermandad de Nuestra Señora de Consolación y el Señor de la Humildad se encargaba de celebrar la fiesta del Dulce Nombre de María, el día 12 de septiembre, una celebración que dio origen a la Fiesta de la Ermita. La cofradía puso en marcha una rifa como medio de recaudación de fondos para su sostenimiento. Esto ocurrió por primera vez en 1869, año en el que se decidió rifar una mula, y a partir de 1870 se introduce la figura del cerdo.

“Según los libros de cuentas, la celebración de esta primera edición de la rifa repercutió positivamente en la economía de la hermandad”, detalla González Fernández. La cofradía ingresó en septiembre de 1769 un montante de 1.912 reales.

Aunque por lo general el agraciado en la rifa recibía un cerdo vivo, en contadas ocasiones se sustituyó el animal por un regalo en metálico de 500 pesetas, “premio más goloso en aquella época histórica de penuria y necesidad”, señala el investigador fontaniego.

Lo que no ha cambiado es el procedimiento. Un grupo de hermanos de la cofradía coloca una mesa petitoria con las papeletas, “haciendo sonar una característica campana de mano para llamar la atención”. Y así se sigue haciendo, ciento cincuenta años después de la primera vez, “aunque ya el cerdo no se haya presente”.

Como cada año, el último día de la fiesta, se efectúa el sorteo públicamente. Todas las matrices de las papeletas vendidas son introducidas en el tradicional barril, que a modo de bombo de sorteo, alberga todas las oportunidades y del que una mano inocente extrae el número agraciado que se llevará el cochino de la Feria.

FOTO: Francis J. González Fernández