diciembre 9, 2024
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Sin noticias del atestado del ecijano muerto por un ladrillazo

La familia del hombre de 65 años fallecido en octubre de 2014 tras recibir en la cabeza el impacto de un ladrillo lanzado por un niño de once años desde la cuarta planta de un bloque de viviendas de Écija, espera desde hace meses el atestado policial redactado sobre los hechos.

Los familiares reclaman el documento para elaborar así una demanda de indemnización contra los progenitores del menor, la comunidad de propietarios del bloque o el Ayuntamiento astigitano.

El abogado ecijano Fernando Osuna, que representa los intereses de la familia del difunto, ha explicado que, a pesar de que el juez admitió las diligencias presentadas por la familia, todavía no se tienen noticias acerca de este atestado policial, y que si continúan sin tener noticias al final de este mes, presentarán una reiteración por una vía “más seria” para que la familia cuente con el documento en cuestión, al objeto de realizar una demanda de indemnización “cuanto antes” en el caso de que fuera oportuno.

Además, ha reiterado que el “único dato objetivo” que barajan en este momento es que este hombre falleció, que la familia se encuentra “muy mal” y que no se puede hacer nada porque el menor de once años que causo el fallecimiento al arrojar un ladrillo desde el bloque del piso donde vivía es inimputable por tener menos de 14 años.

Osuna señala que la legislación española “tiene lagunas” que a su juicio deterioran la calidad de los derechos de las personas y ha añadido que dicha legislación “debería cambiarse” para que casos como este puedan ser encauzados “con más agilidad”.

Los hechos acontecieron en la Ronda de los Molinos, en la barriada astigitana de Las Huertas, donde un hombre de 65 años de edad se desplomó tras recibir en el cráneo el impacto de un ladrillo. Mientras el herido era trasladado al hospital de Écija y después era evacuado en helicóptero a la UCI del hospital Virgen del Rocío, en Sevilla, las autoridades atribuyeron inicialmente el suceso al desprendimiento de una cornisa.

No obstante, una inspección de la azotea del bloque de viviendas frente al cual caminaba este hombre puso de manifiesto que en la misma había restos de ladrillos presuntamente manipulados por la mano humana. A partir de ahí, varios vecinos habrían testificado que últimamente un grupo de niños tenía por “práctica habitual” subir hasta la azotea del edificio y desde allí lanzar objetos a la calle.

Poco después, un menor de once años de edad era identificado como presunto autor del lanzamiento del ladrillo, toda vez que este vecino falleció poco después a cuenta de las lesiones recibidas.

FOTO: elmundo.es