mayo 4, 2024
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Declaran un otorrino y dos doctoras por la niña muerta tras ser operada

Un otorrino y dos doctoras del hospital de alta resolución (HAR) de Écija han acudido a declarar al Juzgado de Primera Instancia e Instrucción número 1 de la ciudad en el marco de las actuaciones abiertas por el fallecimiento en 2022 de una niña de tres años días después de ser operada de vegetaciones en el centro sanitario.

El abogado Fernando Osuna, que representa a la familia, ha manifestado que la muerte de la menor se debió a que “no fue bien atendida” en el hospital. “Hubo desaciertos, pasividad y exceso de confianza y los facultativos no supieron darse cuenta de la gravedad del caso”.

“No se le hicieron las actuaciones médicas correctas”, afirma Osuna, que considera que a la niña “debería habérsele hecho una buena analítica y, antes de ser intervenida, una prueba para ver si la coagulación era correcta”, apunta, ya que la menor falleció por una hemorragia, añade.

El abogado considera que pesa una “responsabilidad” penal sobre los facultativos. “Lo que queremos es que se haga justicia y si hay responsabilidad por parte de los médicos, que creemos que sí, que respondan a esa situación”.

La niña fue intervenida el 19 de septiembre de 2022 en el Hospital de Alta Resolución de Écija para una operación de amígdalas que le provocaba dificultad respiratoria nasal y ronquidos nocturnos, una operación que, según asegura el abogado Fernando Osuna, fue realizada “sin una analítica previa de sangre”. La menor, según indica el letrado, fue dada de alta horas después de la intervención “sin la correspondiente revisión por parte del responsable de la intervención quirúrgica”.

Al día siguiente de la operación, según el relato de la familia, los padres llevaron a la menor a Urgencias del hospital porque “no se encontraba en buen estado y no podía tomar los antibióticos vía oral”, ante lo cual los facultativos le recetaron paracetamol en supositorios.

Según su versión, los padres llevaron de nuevo a la menor a las Urgencias del hospital el día 23 “porque no hablaba, tenía fiebre, palidez y no tragaba” y ya la madrugada del 24 la llevaron “inconsciente” al hospital “con parada cardiorrespiratoria, tras haber sufrido una grave hemorragia en su domicilio”, siendo diagnosticada de un “shock postoperatorio hipovolémico”.

Trasladada al Hospital Virgen del Rocío de Sevilla, la menor finalmente falleció. La autopsia apuntó una encefalopatía hipóxico-isquémico (muerte encefálica), con “alteraciones concomitantes: shock hemorrágico”.

La querella presentada por el bufete Fernando Osuna, pide que los hechos sean considerados un “delito de homicidio por imprudencia profesional grave”, penado con hasta cuatro años de cárcel. Además, se solicita la “inhabilitación especial para el ejercicio de la profesión, oficio o cargo” por un periodo de tres a seis años para el facultativo que atendió a la menor fallecida por la “inobservancia de las normas de cautela” en una actuación “absolutamente culposa en la asistencia en Urgencia del Hospital de Écija, provocando un retraso en el diagnóstico que hubiera sido determinante para salvar la vida” de la pequeña.