INTIMIDAD
Su hijo recónditamente muere levitando sobre la cruz. En ese cruce elevado, en esas dos pujantes ramas Él descansa, duerme y sueña. La teología no se halla en los libros sino en la enseñanza de esta madre que te ha demostrado que todas las estrecheces se puedan superar.
Melódicas corcheas acordes con el viento para esta ecijana de porcelana clásica que en la noche de los sagrarios vacíos, huérfanos y profundos, saborea la ácima fatiga de tantos y tantos falsos profetas.
Niña de cara pequeña
con limpísima mirada,
fuiste en el cerro exaltada
bajo el arco como dueña.
Eres, la madre que sueña
con hermanos mercedarios,
que, como buenos notarios
de nuestra Écija cristiana,
con alta voz se proclama:
viernes de paz y sagrarios.