julio 27, 2024
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Deficiencias médicas causaron la muerte de la niña de 3 años en el hospital de Écija

Un informe dice que la muerte de una niña de tres años en el hospital de Écija el pasado mes de octubre se debió a deficiencias médicas. Los padres de la pequeña van a interponer una querella por un posible delito de homicidio por imprudencia.

A esa conclusión llegan una serie de especialistas médicos que han elaborado un dossier sobre el caso, según el abogado de la familia de la pequeña. El letrado, Fernando Osuna, explica que el informe, “muy denso, muy amplio, de más de 80 folios”, sostiene que el fallecimiento de la menor, de 3 años, “fue debido a unas deficiencias del hospital de Écija”.

“La niña llegó con fiebre en la segunda vez que la llevaron los padres al hospital, tragaba muy mal y tenía mucha palidez”, dice Osuna, que afirma que a la pequeña “no se le hicieron análisis de sangre y tampoco estuvo en observación y, a pesar de su gravedad, no fue derivada al otorrino, fue derivada a su casa y, cuando por tercera vez llega al hospital, pues ya prácticamente estaba fallecida”.

En la elaboración de ese informe han intervenido especialistas de diversas ramas médicas, según el abogado de la familia, que recuerda que la niña fue operada de amígdalas el 19 de septiembre en el Hospital de Alta Resolución (HAR) de Écija, “con el fin de eliminar una hipertrofia de amígdala y adenoide que la menor sufría y que le provocaba dificultad respiratoria nasal y ronquidos nocturnos”.

La intervención quirúrgica finalizó a las 10.32 horas, “si bien la menor y sus padres no saldrían del Hospital de Écija con destino a su domicilio hasta las 18.00 horas”. Osuna insiste en destacar que la niña “fue intervenida quirúrgicamente sin que se le realizara una previa analítica de sangre y sería dada de alta sin la correspondiente revisión por parte del responsable de la intervención quirúrgica y sin que el mismo introdujera los datos de la medicación para el postoperatorio en la tarjeta sanitaria de la menor”.

Al día siguiente, a las 6.21 horas, los padres acuden de nuevo con carácter de urgencia al Hospital “dado que la menor no se encontraba en buen estado y no podía tomar los antibióticos vía oral”, por lo que se le receta un analgésico en supositorios y se le da el alta “veinte minutos después del ingreso”.

El 23 de septiembre por la tarde, los padres vuelven a llevar a la niña a Urgencias porque la niña “no hablaba, tenía fiebre, palidez y no tragaba”. Recibe el alta domiciliaria y vuelve a ingresar en Urgencias la madrugada del 24 de septiembre, “inconsciente, con parada cardiorrespiratoria,  tras haber sufrido una grave hemorragia en su domicilio”. Es diagnosticada de shock postoperatorio hipovolémico y trasladada a un hospital de Sevilla donde fallece el 2 de octubre.

“Según los especialistas autores del amplio informe, todos estos desaciertos produjeron un retraso muy considerable en el diagnóstico que abocaron a la muerte de la pequeña”, dice Fernando Osuna, que sostiene que los hechos “pueden ser constitutivos de un delito de homicidio por imprudencia”.