diciembre 8, 2024
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Política

Hospederías en el claustro para salvar la Écija conventual

La propuesta de revisión del Plan Especial de Protección, Reforma Interior y Catálogo del Casco Histórico Artístico (el Pepriccha) plantea usar como alojamiento los conventos de Écija. Los redactores del documento proponen que los claustros sirvan como albergue para estudiantes o para los turistas que visiten la ciudad.

“Se da la posibilidad de generar un sistema de hospedaje destinado a albergar residencia para investigadores, estudiantes, opositores, etc. que desde el ‘ora et labora’ conviertan a estos lugares en espacios productivos”, señala la revisión del Pepriccha.

Entienden los autores del documento, los arquitectos Fernando Beviá y Desiderio Sanjuan, que esta propuesta permitiría para el turismo “tener hospedajes en los edificios, y para ellos y el resto de ciudadanos una red de espacios en calles con un bajo índice acústico, una red distinta a la que podemos encontrar en los ensanches de la ciudad”.

“Especialmente interesante es, por su gran proximidad, la red que se puede crear entre el convento de las Teresas, la Plaza de Abastos, el convento de las Marroquíes, el de las Felipensas y el de Santa Florentina”, sugieren los redactores de la revisión del Pepriccha.

El documento considera los conventos de clausura como espacios relacionados con la sociedad, con la orden propietaria y con la naturaleza, a través de sus huertos. “En Écija vemos cómo al producirse exclaustraciones, lo primero que se pierde es esa relación con la naturaleza, al desaparecer los huertos y dedicarse sus solares a la construcción de tipologías extrañas en la ciudad histórica”, señalan, y citan como ejemplos los conventos de San Francisco (pisos de la Milagrosa), Santo Domingo o los del Asilo (los Descalzos).

“Estamos viviendo en estos momentos de redacción del presente Plan Especial el abandono de los edificios conventuales por falta de vocaciones religiosas”, exponen Beviá y Sanjuan, que piden “tomar decisiones para la protección de este singular patrimonio” que permitan “asegurar la pervivencia de los conventos a través de la inserción de usos compatibles”.

Para los redactores de la revisión del Pepriccha, esta es una cuestión central. “La problemática del mantenimiento se multiplica debido a la magnitud de los propios conventos, donde, perdonen las matemáticas, pero el ratio de metros cuadrados por monja llega a ser demasiado alto”, por lo que se cuestionan “nuevas alianzas entre los conventos y la ciudad con el objetivo de organizar los recursos de manera más creativa y eficaz”.

“La ciudad presenta importantes deficiencias y los conventos problemas de mantenimiento, y estas fórmulas podrían servir tanto para los conventos abandonados como los que aún se habitan”, concluyen.