“Mi padre sentía curiosidad infinita por lo que le rodeaba”
No debía ser fácil volar en avión hace un siglo, pero ya había un ecijano que lo hacía en 1915. Francisco Martín Prat, nacido en Écija en febrero de 1889, fue un pionero de la aviación y también de la fotografía, profesión y afición que unió en su corta vida y de la que se expone una parte en el museo de Écija hasta el 7 de abril.
Es “una exposición muy completa, que recoge dos de las cosas más importantes de la vida de mi padre, la aviación y la fotografía aérea”, dice Antonio Martín Martín, uno de los hijos de Martín Prat, que entiende que “en los años 20 no era muy corriente ni muy popular y, al menos en Andalucía, era una novedad”.
“No conocí a mi padre, cuando el murió yo tenia cuatro años”, dice Antonio Martín, que ahora tiene 83, y que relata que “mi madre se queda viuda con 33 años y siete hijos, y la primera experiencia de lo que tenia que haber sido mi padre la tuve entonces, cuando tuvimos que volver a la casa de mi abuela, a Écija”.
De lo que ha podido averiguar de él, Antonio Martín sabe que su padre “fue un pionero de la aviación militar, vivió los primeros momentos de la aviación y debía ser un piloto impresionantemente bueno porque la mayor parte de sus compañeros tienen accidentes mientras que él no tiene uno en todos sus años de piloto”.
“A mi padre le interesaban todos los adelantos del siglo XX, la aviación y la fotografía, sobre todo”, dice su hijo de Francisco Martín Prat, al que define como una persona que “sentía una curiosidad infinita por todo lo que le rodeaba”.
Prueba de esa curiosidad es que trató de aprender el árabe durante el año que pasó en Marruecos, después de terminada la guerra de África, en la que también participó. También tomó numerosas fotos de tipos marroquíes, algunas de ellas expuestas en el museo de Écija.
Pero la mayor parte de las fotos son tomas aéreas de la ciudad natal del aviador ecijano, que son un documento histórico de primera mano. En algunas se puede ver la recién abierta avenida Miguel de Cervantes, que se inauguró en septiembre de 1912. “Se ve la plaza del Salón, con el ayuntamiento y el casino y los edificios de le época”, señala Antonio Martín, “hay otra en que se puede apreciar la torre de Santa María y el palacio de Palma, el actual convento de las Teresas”.
Maestro de pilotos. Después de la guerra en Marruecos, Francisco Martín Prat se dedicó fundamentalmente a enseñar a nuevo pilotos en la base aérea de Tablada, y en 1931 era ayudante del alto comisario de Marruecos.
En Tablada estuvo hasta el 10 de agosto de 1932. El golpe de estado del general Sanjurjo le sorprende ejerciendo como responsable máximo del aeropuerto sevillano, “porque el comandante en jefe estaba de vacaciones”, rememora su hijo.
“Sanjurjo intentó que Tablada se sumara al golpe, hasta en dos ocasiones se lo pidió a mi padre, pero este decidió, tras reunirse con los oficiales y la tropa, no participar en el golpe”. También se negó el jefe ecijano de Tablada a prestar un avión al general golpista para que este escapara tras fracasar en su asonada.