abril 19, 2024
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¡Está vivo!

“¡Está vivo!”. Esa es la frase más repetida en el patio de butacas del teatro municipal la noche del sábado 2 febrero, fecha que para muchos quedará grabada como la confirmación de que la fiesta del carnaval en Écija ha vuelto para quedarse.

Colas de casi 6 horas y entradas agotadas en menos de dos auguraban un teatro sin una butaca vacía y una noche intensa en el municipal, con seis agrupaciones,  cinco chirigotas y un cuarteto, asumiendo el papel protagonista de la noche.

Un público entregado. La noche comenzaba con el retraso de rigor, admitido en estos casos, y provocado por el gran ambiente en el vestíbulo y el ambigú del teatro, que recordaba también a los buenos tiempos de la fiesta.

Las tablas del antiguo San Juan las inauguraba la chirigota de Raúl Mérida ‘De paraita en paraita, a ver si llegamos a la ermita’, con un simpático y animado repertorio que caldeó el ambiente nada más empezar su actuación. Estos peregrinos, recién llegados del concurso de Arahal con un primer premio bajo el brazo, consiguieron levantar a todo el patio de butacas con su pegadizo estribillo y con un final de popurrí que tuvo que ser repetido en varias ocasiones, y en el que invitaron a bailar en el escenario a los políticos presentes en el teatro.

A ese inmejorable comienzo le siguieron los veteranos ‘Los Barriguitas’, de Jesús Gómez, únicos representantes locales este año en el concurso del Gran Teatro Falla, y que montaron su particular gimnasio en el teatro de Écija. Una chirigota con tablas que supo mantener el tipo y el caldeado ambiente a pesar de sus imponentes barrigas cerveceras, y que homenajeó a uno de sus miembros, Leo Luna, por sus 20 años en el carnaval ecijano.

A la hora de comenzar el espectáculo se produjo el momento más espontáneo de la noche. Cuando el representante de ‘Los Barriguitas’ recogía su correspondiente reconocimiento de manos de una espectacular y desenfadada presentadora,  irrumpieron en el patio de butacas dos de las chirigotas con un sonoro desfile de percusión que sorprendió a público y organizadores a partes iguales, y que hizo que subiera el nivel de animación entre el público.

Como si hiciera falta animar todavía más al respetable. El tercer lugar de la noche fue para otro de los grupos con más experiencia. ‘Los enganchao a la máskina’, de Manolo Chamorro. Un grupo de muñecos y peluches metidos en una máquina esperando a ser cogidos por el temido gancho y en el que Dora ‘Rafalillo’ Exploradora se ganó al público nada más aparecer en escena, demostrando sus tablas en el carnaval.

Algo de crítica local. Tras el descanso, abrió el segundo pase el único cuarteto de la jornada, con una parodia de la noche antes del prendimiento de Jesucristo. ‘Los que se encontraron en un huerto y se lo llevaron muerto fue el grupo que más utilizó la crítica local en su repertorio, algo que el público supo agradecer.

Pasadas las dos de la madrugada, y con el público manteniendo el nivel de entusiasmo inicial, apareció en el escenario el mercado de abastos de Paco Rivero y sus ‘Doce de Abastos’, una agrupación renovada, con una nueva generación de chirigoteros que demostró que ha aprendido mucho de sus progenitores y que tienen ganas de quedarse.

El punto y final lo ponía la chirigota de otro ya clásico, Chila Ruiz, que, con ‘Las Primitivas’, demostró una buena afinación y letras que llegaron a un público que en ningún momento dio muestras de cansancio.

Éxito de público y unas agrupaciones a un alto nivel, que quizá dejaron descuidado el repertorio local a favor de unas letras más generalistas, pero que supieron mantener vivo el espíritu del mejor carnaval recordado en Écija, dejando clara la buena salud de la fiesta.