Écija renueva su voto de fidelidad al patrón San Pablo
El patrón de Écija, San Pablo, ha vuelto a cumplir el rito de procesionar por las calles del centro de la ciudad y los ecijanos no han faltado tampoco a su cita con el Apóstol.
Con un ligero retraso sobre la hora prevista de salida – las cinco de la tarde – salió de la iglesia de Santa Bárbara la comitiva que acompaña a San Pablo. Representantes de las cofradías ecijanas, la presidencia del Consejo Local de Hermandades casi al completo y miembros de la corporación municipal bajo mazas, escoltados por una representación de los sacerdotes de la ciudad, cubrieron el corto trayecto entre la céntrica iglesia y el convento de San Pablo y Santo Domingo.
Rodeando la Plaza de España, la procesión desfiló por San Francisco, la calle Espíritu Santo y Almonas hasta la Plaza de Santo Domingo. En la iglesia conventual se llevó a cabo, como cada año, la misa y la lectura en castellano antiguo del milagro de San Pablo, una lectura que corre a cargo del cronista oficial de la ciudad, José Enrique Caldero.
Según la tradición, el milagro del santo, ocurrido el 20 de febrero de 1436, consistió en pegar los dedos de una mano del joven ecijano Antón de Arjona, y exigir que toda la corporación municipal de la época acudiera en procesión junto con el pueblo al convento de San Pablo y Santo Domingo, donde el muchacho sanó supuestamente tras la intercesión del Apóstol y después de que los representantes de la ciudad hicieran pública profesión de fe.
En recuerdo de esa leyenda y del voto que hizo el concejo municipal de volver cada 25 de enero a renovar su fidelidad al patrón de Écija, se celebra la festividad de San Pablo en Écija. Tras la misa, el sermón y la lectura del Milagro de San Pablo en el antiguo convento de dominicos, el alcalde, Ricardo Gil-Toresano (PP), se dirigió como exige la tradición hasta el centro del altar para jurar ante los evangelios que los concejales volverán a acompañar al patrón dentro de un año, renovando el voto de fidelidad a la imagen.
