abril 24, 2024
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Escolares del Miguel de Cervantes piden más visibilidad y concienciación sobre el autismo

Alumnos y alumnas del colegio público Miguel de Cervantes han reclamado una mayor visibilidad y concienciación sobre el autismo con motivo del Día Mundial de Concienciación sobre este trastorno, que se conmemora hoy sábado, 2 de abril.

Los Trastornos del Espectro Autista (TEA) causan problemas significativos de socialización, comunicación y conducta. Las personas con TEA procesan la información de manera distinta a los demás. A cada persona le afecta de una manera diferente y con distintos niveles de gravedad.

Los escolares de todos los cursos del Miguel de Cervantes han ido acudiendo de manera escalonada a la Plaza de España, el Salón, primero los más pequeños y después los de cursos superiores y han leído, por partes, un manifiesto por la concienciación sobre el autismo.

En Écija, únicamente el colegio público Miguel de Cervantes y el San Agustín tienen aulas TEA. El colegio de El Valle tiene un aula específica y el CEIP Blas Infante tendrá también este recurso, imprescindible, según las personas que trabajan con niños y niñas con trastorno del espectro autista. Una de las principales reclamaciones es que los centros educativos sean entornos seguros, accesibles y cuenten con los recursos y apoyos suficientes para la escolarización de estos alumnos y alumnas, que requieren una atención personalizada.

“Es importante que haya aulas específicas en centros escolares”, explica Sara Fernández García, tutora del aula específica del CEIP Miguel de Cervantes, que atiende junto a sus compañeras a un total de once niños y niñas con autismo, los seis que están escolarizados en el aula TEA más otros seis que acuden al aula específica pero que también presentan trastornos del espectro autista.

El objetivo es la inclusión social. El funcionamiento clave en las aulas TEA es trabajar con los alumnos y alumnas la agenda, los rincones y los pictogramas. “Está todo superestructurado, ellos saben lo que les toca y qué tienen que hacer en cada momento”, explica Fernández García, que insiste en que los escolares “deben tener seguridad, sentirse seguros”. Eso no lo encuentran en un aula regular, “un caos en que no saben qué tienen que hacer”.

“Es verdad que hay niños y niñas que son más flexibles, que se adaptan mejor a los cambios, pero a otros les cuesta más trabajo o directamente no se adaptan”, apunta la tutora del aula específica del Miguel de Cervantes. A los menores (con edades entre tres y 14 años) se les cambia la agenda “para que vean que hay un cambio y su mente se estructure para eso. Necesitan mucha estructuración para sentirse seguros ante cosas que no entienden y que puedan saber qué hacer en cada momento”.

Con la actividad en la Plaza del Salón, la comunidad escolar del CEIP Miguel de Cervantes quiere que se visualicen las necesidades de las personas con TEA, “porque luego viene la secundaria y la vida adulta y la integración no es fácil. Hay que crear más recursos. Es verdad que en Écija están Prodis, La Raíz y ahora una residencia de Aproni, pero hay pocos recursos”, estima Sara Fernández, que apunta que “cada vez es mayor el número de alumnos con TEA, no se acaba, al revés, va a más”.