VACÍO
Foto: Nio Gómez.
Texto: Javier Fernández Franco.
Écija llora su muerte con un sollozo que riega el valle de la nostalgia. Angustias permanentes de los que bajan a Cristo de la cruz. Ignoran que el salvífico cruce quedará para siempre vacío. Hoy se clausura el primer triduo de la cristiandad. Alfa desconsolado y omega de aflicción. Pulvis es et in pulverum reverteris. Ella, (carne de Dios ecijana), nos derrama a ráfagas la hondura de su desvanecida soledad. Nos otorga una relajada sensación de entrega que nace de su apaciguada mirada. Final que prepara la vuelta a una vida nueva.
Hermanos de Soledad
velad por el Santo Entierro
que el difunto que lleváis
es Jesús, el Nazareno.
Que está dormido y no muerto.
Llevad despacio al Señor
aunque su cuerpo esté yerto.
Está respirando amor
por ese costado abierto.