abril 24, 2024
El tiempo
Cultura

Cervantes el recaudador y las huellas de su paso por Écija

En septiembre de 1587, Miguel de Cervantes iniciaba en Écija su labor como comisario real de abastecimiento de la Armada en medio de la controversia, al embargar el cereal a particulares y a entidades eclesiásticas. A partir de hoy, la ciudad recuerda esa relación con exposiciones, rutas turísticas y lecturas continuadas de su obra.

La presencia del autor del Quijote en la ciudad del sol está documentada históricamente y va a ser objeto de un ciclo de actividades con que Écija se suma a la conmemoración de los 400 años de la muerte del escritor. Del paso de Cervantes por Écija y de los problemas que en ella tuvo hay datos históricos, como el documento con su firma que se custodia en el Archivo de Protocolos Notariales de Écija.

La archivera municipal, Marina Martín Ojeda, ha documentado que Cervantes llegó a Écija el 17 de septiembre de 1587, comisionado por la Corona para acopiar trigo con destino a la Armada Real. Al día siguiente de su llegada, las autoridades locales suplicaron al Consejero de Hacienda y Proveedor de la Real Armada, Antonio de Guevara, que eximiera a la ciudad de la saca de pan decretada por el Rey, en atención a la “falta de la cosecha”.

“Cervantes pisaba suelo ecijano en mal momento”, escribe Martín Ojeda en ‘Miguel de Cervantes en Écija (1587-1589)’, un libro editado en 2005 por la Asociación Cultural Ecijana Martín de Roa. La cosecha de ese año no había sido buena y los vecinos habían tenido que hacer frente a otra saca de trigo, cebada y aceite meses antes. Era de esperar, por tanto, la oposición vecinal a la tarea de Cervantes.

A pesar de que el concejo municipal negoció la exención, el embargo se llevó a cabo: “en total, hasta primeros de noviembre, 2.024 fanegas de trigo y 20 almudes”, relata la archivera municipal. Las parroquias de Santa María, Santa Cruz y Santiago estaban entre las embargadas. “El embargo de bienes de la Iglesia llevó al Provisor del Arzobispado de Sevilla a dictar sentencia de excomunión contra Cervantes y a ordenar al vicario de Écija que pusiera en tablillas al excomulgado”, escribe Martín Ojeda.

En febrero de 1588, el autor del Quijote empezó a devolver parte de las fanegas expropiadas a la Iglesia ecijana para tratar de librarse de “la mancha espiritual” que suponía su excomunión. En abril, confería a su primo Rodrigo poder para que compareciera ante las justicias eclesiásticas de Córdoba y consiguiera la absolución por haber hecho apresar a un sacristán de Castro del Río (Córdoba), un documento que también se conserva en el Archivo de Protocolos Notariales de Écija, junto con una carta de pago del 27 de marzo de 1.589, que certifica que el escritor seguía comisionado para recaudar suministros en la ciudad suministros.

Los documentos históricos que prueban la relación del escritor con la ciudad serán expuestos en el Palacio de Benamejí, y la zona de Puerta Osuna donde supuestamente se alojó el genio cervantino forma parte de una ruta turística prevista para el 22 de abril. Una lectura del Quijote para jóvenes y otra continuada el día 23 completan las actividades previstas en honor del escritor.