diciembre 9, 2024
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Las Florentinas recuperan la receta de los bizcochos de las Marroquíes

La receta de los célebres bizcochos marroquíes no se pierde del todo. Las monjas dominicas del convento de Santa Florentina han presentado en sociedad el dulce que, a partir del próximo 8 de diciembre, festividad de la Inmaculada, van a vender en su torno y que parte de la misma receta que dio origen a los afamados dulces que, desde hace unas semanas, dejaron de venderse en Écija para mudarse a la vecina localidad de Osuna.

La receta en cuestión es la que la marquesa de Valdetorres, Mónica Antonia Garnica y Córdoba, desarrolló para elaborar los dulces de las marroquíes, y que era una variante de la del bizcocho a la española de Juan de la Mata, repostero de Felipe V y Fernando VI.

La marquesa de Valdetorres renunció a su título tras enviudar y profesó en 1752, ingresando en el monasterio concepcionista de Écija, conocido como de las Marroquíes por el apellido de sus fundadoras, las hermanas Catalina, Luisa, Ana y Francisca Marroquí. Mónica Antonia Garnica y Córdoba pasó a ser sor Mónica de Jesús.

Según la archivera municipal de Écija, Marina Martín Ojeda, el éxito del bizcocho de la noble metida a monja fue inmediato. “Se hizo irresistible al paladar más exigente y refinado, trascendiendo la fama de estos bizcochos con suma celeridad el ámbito geográfico local”. A la fama de este dulce de convento contribuyó en el último tercio del siglo XVIII el marqués de Peñaflor, que difundió sus excelencias entre la nobleza nacional, según Martín Ojeda.

La receta de sor Mónica de Jesús fue custodiada como un secreto por las concepcionistas del convento de las Marroquíes durante siglos. Hasta que, en 1943 fue compartido con las religiosas dominicas de Santa Florentina. “Dos jóvenes amigas ecijanas decidieron consagrar sus vidas a Dios y profesaron en ese año: una de ellas en el convento concepcionista con el nombre de sor Inmaculada; la otra, en el de Santa Florentina con el de sor Mª del Valle”, relata la archivera municipal.

La concepcionista comunicó la secreta receta a la dominica y el bizcocho empezó a elaborarse también en el convento de Santa Florentina, “pero exclusivamente para consumo interno, para festejar fiestas solemnes de la comunidad”, matiza Marina Martín Ojeda.

A partir del próximo 8 de diciembre, eso va a cambiar y las monjas de Santa Florentina van a vender los dulces, con el nombre de ‘bizcocho de las monjas’, a siete euros la media docena y con un dulce colocado sobre la caja, una tradición que también van a recuperar para indicar que no se debe sucumbir a la tentación de abrir la caja.