Miércoles Santo de paraguas en Écija

La Hermandad de San Gil salió ayer en procesión bajo un sol que parecía garantizar normalidad en el Miércoles Santo. Nada de los cielos amenazantes de los primeros días de la Semana Santa. Sin embargo, la cofradía se vio sorprendida por el molesto viento y una leve lluvia cuando se encontraba en la Carrera Oficial.
Fue apenas una llovizna intermitente que no varió el guion inicial y que permitió a la corporación del Picadero reencontrarse con la devoción local tras la atípica Semana Santa del año pasado, cuando el Señor de Écija, la Coronación y la Virgen de los Dolores se quedaron en su templo ante la amenaza de lluvia.
Esta vez no. Los tres pasos iniciaron sus estaciones a las horas fijadas. Casi no existía nubosidad en ese período y el cielo aparecía despejado. Cumpliendo el horario previsto, la cofradía entró en Carrera Oficial. Y pasadas las 20.00 horas, con la Coronación en Santa Cruz, chispeó por primera vez.
Apenas fueron un par de minutos. Ni el aire desagradable ni la poca agua suavemente caída molestaron al majestuoso Cristo de la Salud. El desfile prosiguió. Se repitió la llovizna antes de que la Virgen de los Dolores llegara a la Plaza de Nuestra Señora del Valle, donde se vieron paraguas. Pero volvió a ser intermitente y puntual.
Todavía volverían a repetirse esos intervalos de precipitación durante la procesión de San Gil, pero la Hermandad del Altozano cerró el Miércoles Santo y un pleno de salidas procesionales en lo que llevamos de Semana Santa, a pesar de las miradas al cielo.