abril 29, 2025
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Sociedad

La hermana Valeriana pide fondos para su clínica para personas desahuciadas

Valeriana García, la religiosa ecijana que desde 1990 dirige en Colombia los Hogares Luz y Vida, un refugio para niños y niñas abandonados, está recaudando donaciones para terminar la clínica para personas desahuciadas que construye en Bogotá (Colombia).

La antigua monja filipense, que ha cumplido 83 años, lleva más de medio siglo en Colombia donde,  tras trabajar en diversos proyectos sociales, fundó los Hogares Luz y Vida, que acoge a 230 menores con discapacidad, abandonados o víctimas de violencia, y que reciben alojamiento, atención médica, nutrición, servicios terapéuticos y pedagógicos, psicosocial y religiosos.

Desde hace años, la hermana Valeriana construye una clínica con 42 camas para personas desahuciadas y rechazadas por los hospitales. “Hay médicos, no digo todos pero sí muchos, que cuando llevamos a un niño o una niña al hospital, nos dicen ‘Para qué lo traen, si igual se va a morir’. Y es cierto, todos nos vamos a morir”, sentencia, “pero todos queremos vivir el tiempo que vivamos con dignidad, que nos atiendan hasta el final, que no tengamos ese rechazo”.

“Para eso estamos haciendo la clínica, porque no da lo mismo que te atiendan o no”, resume Valeriana García, que recurre a la ayuda familiar, a donaciones, a rifas, a empresas y administraciones para financiar sus ideas solidarias. La última, la clínica para personas desahuciadas, la empezó a levantar hace dos años  con un presupuesto de más 7.000 millones de pesos colombianos (algo menos de 1,6 millones de euros).

El proyecto está ya terminado en un 80%, según la antigua monja, que calcula que faltará otro millón de euros para terminarla y equiparla. Para eso, para recaudar lo que falta y seguir manteniendo los Hogares Luz y Vida, Valeriana García pide la ayuda de los ecijanos, a través de donaciones.

La clínica que construye Valeriana García se llamará Vale Rosita, un nombre que funde los de las dos hijas de la ecijana. Nelcy Valeriana, abandonada dos veces por ser invidente y que ahora da clases de braille en los Hogares Luz y Vida; y Rosita, cuadripléjica, e igualmente abandonada por su familia, a la que recogió con nueve años y que hoy, con 32, estudia medicina.

 

Cuenta bancaria de Hogares Luz y Vida para donaciones: ES39 0182 2402650200027645