África Cejudo expone en Écija su visión de ‘El mundo real y su entorno capturado’
Hasta el próximo 15 de marzo está abierta en la sala de exposiciones temporales del Museo Histórico Municipal de Écija la muestra ‘El mundo real y su entorno capturado’, una serie de fotografías de la artista local África Cejudo, que forma parte de la programación municipal del 8 de Marzo, Día de la Mujer.
Nacida en Barcelona en 1991, Cejudo reside en Écija desde su infancia. Apasionada de la fotografía, los animales y de la vida en general, se declara “amante de lo visual y de los sueños”.
Desde muy pequeña se recuerda unida a los lápices de colores y a una cámara de vídeo. Más tarde da el salto a la cámara de fotos y, fotografiando a su hermano recién nacido, se inicia su amor por la fotografía. Según África Cejudo, “el arte en general me ha acompañado desde siempre: no recuerdo nada en mi vida sin la compañía de un dibujo, una foto, un poema o un libro”.
En 2011 decide realizar el bachillerato de Artes. En 2013 se traslada a Barcelona para estudiar el Grado Superior de Fotografía Artística, en la Escuela de Arte Serra i Abella. Ese mismo año realiza prácticas en el Museo Nacional de Arte de Cataluña, como ayudante de fotografía en los depósitos. En 2020 fue monitora del taller fotográfico en el Festival Eutopía 2020, donde se unían la fotografía y la poesía.
‘El mundo real y su entorno capturado’ es su segunda exposición fotográfica individual en el Museo Histórico Municipal de Écija, tras ‘Roots’ (2014), cuya temática fue el Festival de música ‘Rototom’. La muestra es el resultado de sus viajes recientes a lugares descubiertos en los últimos tres años. Se divide en tres partes: la primera, paisajes inmensos llenos de luz y color; la segunda parte es arquitectura: catedrales españolas creadas por y para el disfrute humano, “quizás buscando la inmensidad o eternidad, acercándose a seres divinos, inalcanzables para los humanos”, opina la artista.
Finalmente, la tercera parte nos muestra animales, en una falsa libertad o en verdadera cautividad, rodeados de personas en todo momento, desde su nacimiento; adaptados a una vida humana, en la cual no acaban de encajar; animales rescatados y alejados del maltrato, encerrados para protegerlos.
En definitiva, y en palabras de la artista, “una aproximación, para bien y para mal, entre el ser humano y el entorno”, que puede ayudarnos a tomar conciencia y reflexionar sobre la situación que los humanos estamos creando.