NOCHE ROTA
Se va la noche añil tras Ella por las calles donde la vida se hace incierta. Pena máxima de lesa ecijanía con fondo garzo. Cerúlea la marcha con el crepúsculo a cuestas. Mirada al vacío que prende su deambular de aroma índigo, de liturgia y rito. Qué sola vas soledad, caminito del Carmen, por la luna “acompañá”. Se espesa y coagula la azur ciudad que la acoge como súbdita de esta reina, como a la única madre que tenemos en este fúnebre sábado en el que sale de cuentas. Soledad, la madre de Dios según Écija porque, las demás, son sólo advocaciones. Sola, pero no asolada.
Siempre habitando en el Carmen,
aunque el tiempo consumado
en la memoria orillado
los recuerdos nos engarmen.
Ojalá que nos rearmen
tus ojos. La noche cierra.
Sábado de tanta tierra
sepultando al crucifijo.
¡Oh, Madre! en nombre de tu hijo
pon el final de esta guerra.
FOTO: Nio Gómez
TEXTO: Javier Fernández Franco