Los primeros indicios apuntan a que el busto de Adriano es cordobés

El busto del emperador Adriano del siglo II de nuestra era, requisado por la Guardia Civil de Sevilla en una finca de Écija el pasado mes de junio, habría sido sustraído en la provincia de Córdoba, según las primeras averiguaciones.
En concreto, los primeros indicios apuntan a que la pieza arqueológica – de “incalculable valor histórico, cultural y arqueológico”, según las autoridades – sería fruto del expolio de un yacimiento arqueológico en el término municipal de Santaella.
Según la información facilitada por el instituto armado en su día, la pieza fue recuperada tras una investigación de prácticamente seis meses, tras tener conocimiento de que se estaba intentando vender por unos 500.000 euros. En la operación, fueron detenidas cuatro personas, una de ellas, de 43 años, natural de Écija.
La pieza se encuentra depositada al Museo Arqueológico de Sevilla para su estudio por la comunidad científica y para la exposición pública. Tras el hallazgo, el Ayuntamiento de Écija solicitó a la Junta de Andalucía su cesión, depósito y posterior exposición en el Museo Histórico Municipal “en caso de que una resolución judicial decrete que fue encontrado en Écija”.
Esta petición perdería sentido si se confirman las sospechas que apuntan a su origen en el expolio de una parcela agrícola en Santaella. Igual sucede con la recogida de firmas a través de una plataforma virtual que pedía que el busto fuera custodiado en el Museo Municipal de Écija.
Los promotores de esa recogida de firmas daban por hecho que el busto de Adriano pertenece a Écija y apuntaban que en el Museo Arqueológico de Sevilla se deberían custodiar “únicamente piezas de la capital”, mientras que todo aquel patrimonio expuesto de otros municipios tales como Écija, Santiponce, Carmona u Osuna “debería ser devuelto para fomentar el turismo y ensalzar la cultura y patrimonio de cada población”.