octubre 14, 2024
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DEL TIC AL TAC

Para qué encender los ordenadores. Sin esa pregunta las TIC son prescindibles.

El reciente informe de la OCDE Students, Computers and Learning: Making the Connection, «Estudiantes, ordenadores y aprendizaje: haciendo la conexión», con datos comparativos de 64 países datados en el 2012, arroja datos preocupantes para los estudiantes españoles, como que uno de cada veinte (4,6%) no fuera capaz siquiera de navegar para hallar la información necesaria o que, quienes sí navegaron, se perdieran en la red más a menudo que los alumnos de otros países. También se encuentran los estudiantes españoles por debajo de la media en la resolución de problemas matemáticos computerizados. A simple vista, se podrían extrapolar varias conclusiones.

La tecnología no muestra mejorías en el rendimiento académico. Tener computadoras o tabletas no garantiza el aprendizaje. El ordenador no nos hace más inteligentes. El uso del ordenador no influye en los resultados. El ciberalumno suspende. Usar mucho el ordenador en clase no ayuda al alumno. El ordenador solo no educa. La utilización ‘excesiva’ de los ordenadores ’empeora’ el resultado de los alumnos. Los alumnos que pasan muchas horas ante la pantalla tienen peores notas. Tener ordenador en clase no sirve para mejorar el nivel educativo de los alumnos. Crecer entre ordenadores no nos hace más capaces de resolver los problemas.

Estos titulares de trazo grueso serían muy básicos. Habría que analizar con mayor rigor y profundidad las claves internas del informe para derivar conclusiones más precisas y exactas. Evidentemente que los ordenadores por sí mismos no solucionan los problemas ni producen aprendizajes de forma automática. Ni se trata tampoco de una razón de cantidad, ya que tener más medios tecnológicos de forma acumulativa (tabletas, portátiles, móviles de última generación, entre otros dispositivos) no es necesariamente mejor que no disfrutar de ellos desde el punto de vista educativo.

Pero si elevamos la óptica del citado informe, y siguiendo las apreciaciones del catedrático Mariano Fernández Enguita, algunos países con excelentes resultados PISA (Singapur, Corea o Finlandia) no son de los que más usan el ordenador en el aula y obtienen excelentes resultados, debido a que esos países tienen los más elevados índices de conectividad y equipamiento informático personal y sus adolescentes un alto nivel de alfabetización digital. Esto nos lleva a la segunda cuestión, que es la más importante: lo que la OCDE dice en este informe es que los resultados escolares se asocian poco o lo hacen negativamente con el uso de ordenadores en el aula; pero positivamente con su uso en el hogar, y poco o negativamente con el tiempo de uso pero positivamente con la variedad y calidad de ese uso.

Por último cabe subrayar dos consideraciones importantes. La primera es la improductiva e inocua política que todas las administaciones educativas han llevado a cabo, repartiendo indiscriminadamente portátiles al alumnado. Repartir ordenadores para mejorar las competencias y capacidades es muy simplista. La tecnología nunca puede suplantar a un buen docente.

La segunda apreciación se centra en la capacitación del profesorado para, utilizando el sofware y el hardware, transformar la información en conocimiento, esto es, evolucionar desde las Tecnologías de la Información y la Comunicación (TIC) a las Tecnologías para el Aprendizaje y el Conocimiento (TAC). Para ello el profesorado necesita, primero ser consciente de dicha necesidad en en actual paradigma cultural y social y, en segundo lugar, formarse adecuadamente. En España hemos hecho las cosas al revés, primero los equipamientos y cuando no sabíamos qué hacer con ellos, nos hemos dado cuanta que es necesario formarse para utilizarlos desde el punto de vista educativo y no como meros sustitutivos del tradicional “encerado”.

El Estado gastó 302 millones de euros en el programa TIC 2.0. Dicho programa fue sometido a evaluación a través de un estudio realizado por la Universidad Ponpeu Fabra y por la de Murcia (Sergi Jiménez‐Martín y Cristina Vilaplana Prieto) con esta conclusión: “No parece que la extraordinaria inversión en equipamiento informático llevada a cabo en los centros educativos en el periodo de estudio (2009‐2012) haya revertido en un mejor rendimiento académico….De hecho, el número de ordenadores por alumno en 2012 ejerce un efecto significativo y negativo sobre la nota en Matemáticas para todos los alumnos repetidores…Aunque en principio habría que esperar que la digitalización de las aulas sirviera para que los alumnos desarrollaran nuevas competencias (como la lectura electrónica), los resultados de la evaluación en Matemáticas mediante procedimientos informáticos revelan que la participación en Escuela 2.0 no ha logrado aumentar la puntuación en Matemáticas”. Hemos comprado primero los muebles y luego la casa.

¿Cómo se transforma la información en conocimiento? Esto me lo preguntó el otro día un profesor de un IES, que necesitaba asesoramiento al respecto. Yo le hice esta sugerencia: “una cosa es ver un video en youtube sobre el imperio romano y otra bien distinta es documentarse, hacer un video sobre el imperio romano, subirlo a la red y exponerlo en clase”. Lo primero es mera información, lo segundo ya es aprendizaje.”

 Javier Fernández Franco
Inspector de educación
@javierinspector