Piden la libertad de un vecino con cáncer terminal preso en Sevilla 2
Pablo Moreno García, un vecino de Écija, lleva casi ocho años en la prisión de Sevilla 2. Le queda un año de condena por cumplir y sufre un cáncer terminal. Su familia pide que se le deje en libertad por razones humanitarias pero las autoridades han denegado hasta en cuatro ocasiones la petición.
Ahora, los familiares de este hombre promueven una concentración ante los juzgados de Sevilla, “para acabar con esta injusticia”. “Puede fallecer de un momento a otro”, afirma su hermano, Juan Moreno, que explica que el preso “tiene un cáncer de laringe, que contrajo en la cárcel”. Pablo Moreno tiene 47 años y cumple condena por varios robos “que ya ha pagado”, en opinión de sus familiares. Es politoxicómano y su estado se ha agravado por una neumonía crónica, según su hermano Juan.
El preso mide cerca de dos metros y pesa 53 kilos. Dice su hermano Juan que ha perdido los dientes y se alimenta casi exclusivamente de papillas. “La oncóloga que lo trata en la cárcel nos dice que si tuviera una buena alimentación sería mucho más fácil para él llevar la enfermedad”, explica Juan Moreno.
Los familiares apelan al artículo 104.4 de la ley Penal “que dice que cuando un preso no tiene cura tiene derecho a estar con su familia y pasar con ellos el tiempo que le queda de vida”, recita Juan. “Es su derecho, pero nos lo deniegan”, lamenta.
La justificación legal para no dejar en libertad a Pablo Moreno el año que le queda de condena “es que dicen que temen que vuelva a delinquir de nuevo”. “Mi hermano necesita mucho apoyo moral, psíquico y físico. En la cárcel no lo está recibiendo”, se queja Juan Moreno. “Su mujer, sus cuatro hijos y sus seis nietos también quieren tenerlo a su lado en sus últimos días”, enfatiza, “cuatro de sus nietos ni siquiera lo conocen, nacieron estando él en prisión”.
La familia de Pablo Moreno es originaria de Jaén “pero llevamos doce años viviendo en Écija”. Se dedican a la venta ambulante y están muy implicados, según Juan Moreno, en varias cuestiones sociales, a través de la Iglesia Evangelista. En su lucha por liberar a su hermano, Juan Moreno ha implicado a Proyecto Hombre, Renacer y la Asociación Española Contra el Cáncer, entre otras.
“No sabemos a quién recurrir”, se queja el portavoz de la familia, que también lamenta que no detectaran a tiempo la enfermedad que está acabando con Pablo Moreno. “Se dieron cuenta tarde”, resume, e insiste en reivindicar “que la ley dice que un hombre merece pasar sus últimos días con su familia cuando ya no tiene cura”. Para exigir eso han llamado con octavillas como la de la foto a vecinos y amigos a concentrarse el 8 de septiembre ante los juzgados de Sevilla.