El arte del WhatsApp
Si les gustan a ustedes las distopías seguro que tienen la sensación de estar viviendo una. De un tiempo a esta parte no hay forma de que una historia de ciencia ficción pueda coger una distancia razonable con la realidad. Al ritmo que va todo, temporadas enteras de ‘Black mirror’ corren riesgo de acabar convertidas en pastiches costumbristas; y ‘Blade Runner’ está a punto de colisionar con la familia Alcántara.
Qué me dicen si no de que en el Ayuntamiento se avise de los plenos extraordinarios por WhatsApp a los portavoces municipales. La cosa tiene su encanto: representantes de los ciudadanos avisando de la reunión urgente del órgano máximo de la soberanía municipal a través de la misma aplicación que usan los ‘millennials’ para quedar el viernes o encontrarse en la portada de Feria.
Vaya por delante que no me parece mal sistema. Sólo que como toda tecnología, tiene limitaciones y riesgos. ¿Se imaginan qué puede pasar si WhatsApp sufre una de sus habituales caídas justo cuando hay que avisar de una sesión plenaria inaplazable? Ahora que se planea meter publicidad en la aplicación ¿anunciará los plenos una marca comercial? En sus mensajes ¿intercalan emoticonos los capitulares?
Hay un mundo de infinitas posibilidades para una democracia 4.0. Admitiendo que hemos perdido la oportunidad de que la Amazona Herida celebrara su cumple con un Instagram, yo propondría retransmitir los plenos por Facebook Live y darle al alcalde un palo selfie para que inmortalice sus salidas en las procesiones. Así de paso, meteríamos a Écija en el mapa. En el de Foursquare.
Manuel Rodríguez