Adiós a la receta de los bizcochos de las marroquíes
La receta de los bizcochos marroquíes puede desaparecer de Écija. El torno del convento de las Marroquíes dejará de vender los celebérrimos dulces, que elabora el obrador monacal desde 1752, y la receta se perderá en cuanto se vaya, esta semana, la última de las monjas concepcionistas franciscanas que queda en la ciudad.
La religiosa va a ser trasladada esta semana a la vecina localidad de Osuna y, con su marcha, se va también la receta de estos dulces conventuales, un bien culinario considerado como propio por los ecijanos.
Según Juan Méndez Varo, vicepresidente de Amigos de Écija, con el traslado de la última de las marroquíes, se traslada también parte del ajuar del convento concepcionista de la ciudad. Y, con este, la receta de los bizcochos marroquíes. “Perdemos un producto de prestigio que forma parte de nuestro patrimonio”, resume Méndez Varo, que compara el asunto con el caso hipotético de que Segovia pudiera perder la receta de su cochinillo.
“Es una cuestión jurídica”, explica el vicepresidente de Amigos de Écija, “porque la receta de los bizcochos marroquíes es de la comunidad concepcionista franciscana, y entra dentro de su voluntad transmitirla o no a otra persona u organismo”. Méndez Varo no duda que “habrá que movilizarse para que la receta se quede en Écija y trabajar para intentar que no desaparezca y pase, si es posible, a otra comunidad religiosa de la ciudad”.
Se une a ese deseo de movilización el Gobierno local (PP-PA). El concejal de Cultura, Fernando Reina (PA), apunta que se ha puesto en contacto con el Arzobispado para tratar de negociar que la receta de los bizcochos no se pierda y se mantenga en un convento ecijano. “Vamos a tratar de dialogar”, afirma el edil.
Hace ahora dos años, en octubre de 2012, Cultura pidió a la Junta de Andalucía que declarara los bizcochos marroquíes actividad de interés etnológico, una categoría de los Bienes de Interés Cultural (BIC) que tienen, entre otras, la escuela sevillana de baile y la fiesta malagueña de Verdiales, en un intento por mantener la receta en Écija.
“No nos hicieron caso”, lamenta Reina, que justificó la petición en la hipótesis – hoy una realidad – de que la orden de las concepcionistas franciscanas abandonara la ciudad. Esa declaración patrimonial suponía que, el día que falten las monjas marroquíes, tenían forzosamente que entregar la receta a otro convento de Écija.