Jueves Santo completo, Madrugá primaveral
Como cada año, las hermandades del Confalón y La Sangre han engrandecido la tarde del Jueves Santo y dado paso a una ‘Madrugá’ intensa y primaveral que abrió El Silencio y que ha culminado San Juan bajo un sol de primavera.
El Jueves Santo ha congregado en las calles a multitud de personas que no han querido perderse los desfiles cofrades de las hermandades del Confalón y La Sangre. El primero se ha lucido durante sus casi seis horas de procesión, sobre todo en el barrio de Cañato, donde no han faltado las saetas al Cristo moreno, a la Señora de la Caridad, y al paso de Columna y Azotes.
También ha habido saetas al Cristo de los Gitanos en la procesión de La Sangre, cuando los titulares de la hermandad, el Cristo de la Sangre y la Virgen de los Dolores desfilaron por las calles Zamoranos y Caleros.
La misma multitud que disfrutó del Confalón y La Sangre no se quiso perder la muda procesión del Silencio, la hermandad que inaugura la ‘Madrugá’ ecijana, y que ha vuelto a brindar emotivas estampas, entre ellas el paso de las tallas del Nazareno Abrazado a la Cruz y María Santísima de la Amargura por Santa Florentina o el estrecho paso por Mandoble buscando la Carrera Oficial.
Y si El Silencio ha abierto una ‘Madrugá’ bendecida por el buen tiempo, San Juan ha gozado de las mismas bondades meteorológicas para hacer su estación de penitencia, iniciada con diez minutos de retraso al hacer los hermanos su juramento en el patio de la iglesia ante los dos titulares, el Nazareno y la Virgen de las Misericordias.
Especialmente intensos han vuelto a ser en la procesión de San Juan la visita al convento de Santa Ángela de la Cruz y la entrada en el templo, con una chicotá del Nazareno que el capataz, José Joaquín Muñoz Ramos, ha dedicado a sus costaleros, y con los costaleros de la Virgen y no pocos hermanos cantando el Ave María a los sones de la Asociación Musical Ecijana.