Cinco ecijanos viajan en bicicleta desde Écija a Dakar
Un grupo de ecijanos se acaba de embarcar en una aventura que les va a llevar desde el Valle del Genil a las playas africanas de Dakar en bicicleta. En total, 3.600 kilómetros aproximadamente que el grupo – perteneciente a la peña deportiva ecijana Los Papafrita – tiene planeado cubrir en un mes y medio y en 36 etapas.
Francisco Méndez, portavoz de los aventureros, enfatiza que cruzarán el Estrecho de Gibraltar y tres países africanos además de un desierto, en el que esperan encontrarse problemas de agua potable. Van preparados para eso, con pastillas de cloro para potabilizar el agua que se puedan ir encontrando en el Sahara. Y saben que van a echar de menos la sombra y la vegetación. Van a encontrar muy poco de ambas.
“Del Sahara a Mauritania es seguro que no hay ninguna en 300 kilómetros”, dice Méndez después de echar un ojo a los preparativos para la aventura. Los cinco Papafrita tienen previsto cubrir unos cien kilómetros cada día de media y hacer el trayecto Écija-Dakar en cuarenta y cinco días con seis de margen “por cuestiones burocráticas, administrativas, de sellar visados y papeleo”.
El 26 de junio tienen que estar sí o sí en Dakar porque tienen sacado el billete de avión que tiene que traerles de vuelta a España. Es la fecha obligada de llegada. “Otra cosa es que lo consigamos”, dice Méndez.
La idea de cruzar Marruecos, Sahara, Mauritania y Senegal hasta Dakar surge tras descartar ir a Moscú “porque no nos lo permitía ni el clima ni el dinero que tenemos”, dice muy serio Méndez. Así que desistieron del mal tiempo ruso y buscaron el calor del sur. “A conocer nuevas culturas”, se anima.
La lista de vacunas con la que han tenido que pertrecharse para el viaje no se puede recitar sin dejarse alguna en el olvido. “Vamos vacunados contra la difteria, la fiebre amarilla, contra la hepatitis, el tifus, el cólera, el tétanos y alguna más que se me queda en el tintero”, dice Méndez. Para evitar la malaria van medicándose sobre la marcha, con pastillas que toman a razón de una al día cada jornada de su viaje. “Esperamos no sufrir los efectos secundarios que dicen que provoca, porque los vómitos no casan muy bien con el pedaleo diario”, reza el portavoz de Los Papafrita, que destaca que sin estar vacunados contra la fiebre amarilla “no te dejan entrar en Mauritania ni Senegal, ni tampoco volver a España”.
Otras medidas de seguridad que han tomado estos aventureros son tiendas herméticas para evitar problemas con los mosquitos, repelentes de insectos “y mucha crema para protegernos del sol, además de siete u ocho litros de agua para cuando no la encontremos en centenares de kilómetros”. Con tanto aprovisionamiento las bicis “pesan un montón, unos 35 kilos sumando toda la carga; llevamos la vivienda a cuestas”. A eso hay que sumar alimento seco “para los días que no encontremos nada” y herramientas para solucionar las averías que se presenten cuando no haya posibilidad de encontrar ayuda cerca. También una placa solar para poder cargar el teléfono móvil.
Así pertrechados, los ciclistas cruzaran Marruecos, el Sahara en diez días, Mauritania entera y todo Senegal hasta las playas de Dakar. “Si tenemos tiempo queremos visitar los edificios donde retenían a los esclavos antes de embarcarlos a Europa y América”. Y, por el camino, esperan ir parando para ir curioseando y contemplando el paisaje que cruzan. “Es espectacular ver el horizonte”, dice Méndez, “más aún cuando vas viendo cosas nuevas, y sientes la sensación de libertad que te proporciona ir en bici; lo hueles todo, lo escuchas todo, es como si fueras andando, no en la burbuja de un coche, aislado del mundo. Y, sobre todo, saboreas el contacto cercano con la gente que te vas encontrando. Eso es lo que más disfrutas”, concluye.